martes, 29 de septiembre de 2015

La calidez de un hogar creativo en Pontevedra.

A dos años de su primer tatuaje.
El viernes pasado,  Pontevedra volvió a sentir la aguja de Jonathan Horror en un nuevo lienzo en blanco.
Jona, como a él le gusta que lo llamen, tiene tan solo 18 años, pero a tan corta edad su técnica para tatuar da la sensación de que tiene 20 años de experiencia.  En este sentido, muchas personas confían en su habilidad, paciencia y dedicación con cada diseño.
El viernes pasado Jona realizo un diseño especial, para un nuevo cliente.  En este caso, está persona no tenía ningún tatuaje, los miedos y preguntas, fueron respondidas sin ningún problema por él.  Una vez realizado  el boceto y adaptarlo en la zona requerida, conecto su máquina, acomodo al cliente en una camilla, Jona se ubicó en su silla y le dijo a la persona  “bueno….empiezo”.
Los pensamientos y sensaciones fueron varias por parte del interesado, pero se veían interrumpidos por el sonido de la máquina de tatuar, por los aromas típicos del alcohol y por la curiosidad de cómo iba quedando marcada su piel para siempre. La mezcla  de sentimientos son claves a la hora de tatuarse pero Jona se asegura de que gane la felicidad ante el miedo.
Una habitación bastante grande,  de paredes, amplias, blancas, cuadros pintados por el tatuador, una biblioteca completa de dvd`s de Robotech  y el piso lustrado de madera, decoran por completo el ambiente para que la creatividad fluya.  En este sentido, el espacio se completa con una camilla, un puff, cómodo, para los acompañantes, una pequeña silla y una mesa con las herramientas para que la magia se realice.
Desde la camilla, ya pasado el aprensión de un inicio, las personas se relajan y las charlas descontracturadas comienzan, y Jona sin desconcentrarse conversa tranquilamente, “nunca hice algo tan simple, es todo un desafío”,  afirmo mientras continúo  con su trabajo hasta finalizarlo, colocó alcohol en gel y lo cubrió para evitar que se infecte, y aclarando “déjalo por 24 hs hasta que supure el sobrante de tinta y absorba, después pásale crema para evitar que se reseque”.

“¡Faaa lo termine en 25 minutos, nuevo record!”, comentó Jona feliz de haber finalizado un nuevo trabajo.  Algunos tatuadores de renombre, se toman su tiempo pero Jona asegura que esto lo realizan para justificar el cobro exagerado para un tatuaje y detrás de ese monto elevado se encuentra el porcentaje del alquiler del local que por lo general están ubicados sobre Av Santa Fe o Talcahuano en Capital Federal.
Con paciencia y cuidando a cada persona hasta el más mínimo detalle, logró en poco tiempo formar una agenda completa de clientes, conquistando que vuelvan a ir hasta su casa.  En este sentido, Jona no tiene un local de tatuajes, él trabaja en las comodidades de su hogar pero cuenta con la higiene requerida,  los insumos controlados y con los artefactos necesarios.
Por este motivo, tiene clientes de todos los puntos de Buenos Aires,  cada uno viaja hasta Pontevedra para llevarse un tatuaje creativo.  Aunque a Jona, le dé un poco de vergüenza admitir su ingenio, se siente orgullo de sus obras en piel y esto se puede ver directamente en su página oficial de Facebook JONAHORROXR (https://www.facebook.com/jonamisfits666?fref=ts)
Cumpliendo un rol de psicólogo, Jona comienza a rea
lizar preguntas sobre el diseño que cada uno quiere,  continuando con informaciones personales para conocer al otro un poco más y se pone a dibujar.  Partiendo de una línea continua, crea diferentes bocetos  adaptándolos a las preguntas anteriormente realizadas.
Saliendo de lo convencional,  el estudio se encuentra en el corazón de Pontevedra, a unos 40 minutos desde la estación de Morón.  Para poder llegar hay que tomar el colectivo 236, lo curioso es que el paisaje demográfico se modifica constantemente, haciéndose similar a Lavallol, Glew, Lomas de Zamora, Florencio Varela, entre otros panoramas de zona sur. En este sentido, cuando el colectivo llega a destino,  se encuentra con la ruta que divide a Pontevedra en dos, de un lado predios tomados y del otro casa-quintas.  Por lo tanto, Jona acompaña y espera a sus clientes en la parada del colectivo, porque es fácil desorientarse, según él, esto demuestra la calidez humana que tiene con cada persona  y recibe a todos en su morada.

 Gio&Kunst

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